miércoles, 16 de marzo de 2011

VRIESEA




VRIESEA

Tu casa es un ejemplo de modernidad? Entonces la vriesea será para ti una amiga incondicional. En cualquier rincón luminoso del interior de tu casa cumplirá una función ornamental, acorde con una personalidad vanguardista de tendencias minimalistas. Es muy práctica, ya que no necesita muchos cuidados. Eso sí, nos lo agradecerá si mantenemos en su estancia un ambiente húmedo y cálido, por lo que tendremos que tener especial cuidado en invierno, ya que los nuevos sistemas de calefacción resecan mucho el aire.

Origen selvático, apariencia exótica
La vriesea pertenece a la familia de las bromeliáceas, plantas que tienen su origen en las selvas de América Central y del Sur, por lo tanto necesitarán temperaturas cálidas y una humedad constante.

Al igual que el resto de bromelias, las hojas de la vriesea nacen en forma de roseta. Esta singularidad le sirve para canalizar el agua de lluvia y llevarla hasta su centro, para que permanezca almacenada y pueda recurrir a ella cuando lo necesite. De la roseta emerge una espiga que, normalmente, será de color rojo o amarillo, en ambos casos, muy intenso, y de sus brácteas nacerán unas pequeñas flores de color amarillo o verde.

La vriesea será feliz si le proporcionamos un suelo ácido, y estará esplendorosa si éste se compone de tierra de jardín, turba y arena. En la época de floración necesita un compost aireado y húmedo, pero no excesivamente, ya que las raíces corren el riesgo de pudrirse.
necesita un compost aireado y húmedo, pero no excesivamente, ya que las raíces corren el riesgo de pudrirse.

Algunos cuidados
Con respecto al riego, lo principal que debemos tener en cuenta, es que la roseta que forman las hojas siempre cuente con una cantidad mínima de agua. Lo ideal es regarla con agua de lluvia o decalcificada. En ambientes muy secos o en verano será necesario que la pulvericemos de vez en cuando.

La vriesea gusta de luminosidad, pero no de luz directa: es una planta de semisombra. Como planta selvática suele reproducirse en zonas bajas, al pie de los árboles, donde suele llegar muy poca luz dada la frondosidad de este ecosistema. Para que nuestra planta se encuentre en unas condiciones óptimas, allá donde viva debemos mantener una temperatura de unos 15-18 ºC .